¡Silencio, se piensa!

¡Silencio, se piensa!: el arte como camino hacia la libertad en un mundo en el que el pensamiento ha sido sustituido por la evasión y el entretenimiento.

El director del Gran Teatro del Mundo ha muerto, y dos de los actores de la compañía, Cristino y Don Fiasco, tienen que buscarse un futuro. Aun así, el mundo ha cambiado. En una distopía en la que el teatro ya no es arte, sino un puro entretenimiento, la Inspección de Vidas y Espectáculos lo controla todo y exige la sumisión a un «no pensamiento».

La obra es definida como «acto sacramental en tono de farsa». En ¡Silencio, se piensa!, el acto sacramental se renueva para ser usado a modo de crítica, tanto a las altas instituciones y corporaciones del mundo, que pretenden que dejemos de pensar para hacernos menos libres, como a la industria cultural, más preocupada en ganar dinero que en crear conciencias críticas e independientes.

Más que una compañía, Producciones El Dramaturgo funcionan como un nexo entre gente del sector. No hay un equipo fijo para todos sus montajes, sino que, según el proyecto, contactan con los artistas adecuados para que trabajen juntos. Creen que así la variedad enriquece sus proyectos, pero sin perder el sello del grupo, que intentan que siempre esté presente: la investigación constante para descubrir más cosas sobre la vida.

Las sillas, de Ionesco (2018), que fue estrenada en Jerez de la Frontera y en Madrid, es la primera obra de la compañía. Amniótica, de José Mateos (2020) y protagonizada por Emilio Rosales, estuvo de gira por el territorio nacional y por México. Fue premiada por la Academia de las Artes Escénicas de España y el XII Festival MUTIS de Barcelona, y fue seleccionada para el FITAG 2021. ¡Silencio, se piensa! ha sido multipremiada en el Certamen de Teatro de Burguillos (mejor dirección, iluminación, vestuario y escenografía).